Aquella mañana, en la escuela rural del pueblo, la maestra les había dejado una tarea a los niños para que trabajaran en ella durante el fin de semana. La tarea consistía en que investigaran acerca de ¿Qué es la fe en Dios?
El pequeño Danielito caminó de regreso a casa con esa intriga que le palpitaba en el corazón. ¿Cómo podría él investigar eso? Al llegar a casa se llevó la agradable sorpresa de que su tío Andrés (su tío favorito y que era pastor en el pueblo vecino) estaba de visita en casa y que se quedaría con ellos hasta el día siguiente. Sin duda él podría ayudarlo así que sin dudarlo un segundo le preguntó a su tío:
- Tío ¿Qué es la fe en Dios? Me lo dejaron de tarea en la escuela.
Con una amplia sonrisa, su tío le respondió:
- ¿En verdad quieres saber lo que es la fe en Dios?
- Si - respondió Danielito.
- Bien, vamos a la playa y te lo enseñaré.
Danielito vivía en un pueblo con hermosas playas.
Una vez que llegaron, su tío le entregó un chaleco salvavidas y unas aletas.
- Pero yo no sé nadar – le dijo Danielito.
- Lo sé - le respondió su tío - póntelos de todas maneras.
Así lo hizo Danielito.
- Ahora, quiero que comiences a caminar hacia el mar de espaldas. Llegará un momento en el que sentirás que tus pies no tocan tierra. Déjate ir y arrójate de espaldas. No te hundirás, ya que el chaleco te hará flotar.
Danielito estaba aterrado.
- No tío, no quiero.
- ¡Hazlo! - Le ripostó su tío – Yo estaré junto a ti para que no temas. Así que tranquilo.
Danielito confió en su tío. Mientras caminaba de espaldas llegó un momento en el que sintió que no tocaba tierra. Dudó. Pero recordó las palabras de su tío, aparte de que lo tenía cerca.
En un acto de valor, dio el siguiente paso ¡Ya no tocaba tierra! Sin embargo, flotó en el mar gracias al chaleco. Se sintió emocionado ante la experiencia y feliz.
Ambos salieron del mar. Camino a casa, su tío le explico:
- En esto consiste la fe en Dios: el mar representa la vida. Yo represento a Dios y el chaleco representa la fe. Cuando te adentres en el mar de la vida aún con temor y sientas que la lógica no puede ayudarte a salir a flote de tus problemas, hasta perder el piso, debes creer que el chaleco de la fe te salvará. Dios estará siempre cerca de ti, pero depende de que te atrevas a dar el primer paso de confiar en Él, vistiéndote el chaleco de la fe y arrojándote con Él, para que puedas flotar en el mar de la vida con total paz y tranquilidad.
Danielito quedó maravillado con la explicación de su tío y le dio las gracias.
El lunes, Danielito entregó su investigación feliz. La maestra quedó impresionada con la tarea y Danielito ganó la nota más alta de la clase.
Muchas veces caminamos por la vida diciendo o sintiendo que creemos en Dios, cuando en realidad deberíamos “creerle a Dios” confiando en que él está cerca de nosotros y que desea que tengamos comunión con él. Cuando debas enfrentar una situación difícil, déjala en manos de Dios, pon tu causa delante de él y déjalo que haga lo que debe hacer; tú solo confía que en sus manos todo se arreglará de la mejor manera.
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1